Introducción

Los monitores fijos son equipos diseñados para uso contra incendios con posibilidades de instalarse individualmente o en conjunto, montados sobre otro equipo como por ejemplo un hidrante de columna seca o columna húmeda o directamente sobre la red contra incendios.

La gran ventaja de un monitor es la de actuar sobre un incendio de forma rápida y precisa, sin la necesidad de desplegar mangueras para poder aproximarse desde la fuente de agua hasta la zona de incendio.

El alcance del chorro de un monitor dependerá de la morfología del diseño de su cuerpo y de la lanza.
Existen modelos capaces de cubrir una superficie de hasta 170 m de diámetro.

Los monitores fijos están compuestos por:

Cuerpo del monitor: Consistente en un tubo de acero con una forma especialmente diseñada para evitar riesgos por efecto de la presión y el caudal. La forma y el diámetro del tubo definirán el caudal máximo de trabajo.

Empuñadura o volantes: para dirigir el chorro de agua. Prácticamente todos los modelos disponibles son capaces de rotar 360º sobre su eje y elevación de 160º en la vertical.

Lanza: Según el tipo de lanza podremos proyectar agua o agua con espuma o generar chorro o cortina.

A través de los equipamientos apropiados es posible activar la apertura de una válvula de forma automática, o incluso que un sistema de detección de humo, llama o temperatura haga que el monitor proyecte agente extintor sobre la zona deseada e incluso que el monitor se mueva de forma automática con un equipamiento especial auto oscilante.